Estos días tuve algo de tiempo para hacer nada y me puse a ver una serie que se llevó todos los premios el año pasado. Schitt’s Creek es una comedia que nos cuenta la historia de la acomodada familia Rose y su caída en desgracia por no pagar los impuestos.

La familia compuesta por John, Moira y sus dos hijos, David y Alexis se ven en la situación de dejar su lujosa mansión y debido a que no pagaron sus impuestos, el gobierno les embargó todas sus posesiones, quedando solo con ropa y los papeles de un pequeño pueblo rural llamado Schitt’s Creek, al cual se van a vivir. Como no tienen dinero, les acomodan dos habitaciones compartidas en un motel.
John en un principio está perdido, siendo un hombre de negocios no encuentra qué hacer en el pueblo y además tiene que lidiar con el alcalde Roland, pero a medida que avanza la serie, vemos cómo la familia va encontrando un lugar.
Moira es una actriz de telenovelas retirada e integrante o ex integrante más bien de la socialité, es extravagante y con sus pelucas que cambian a diario se roba todas las escenas.
David, el hijo mayor, es el primero en encajar haciéndose amigo de Stevie, la administradora del motel. Alexis es la menor de los Rose y se ve la más superficial con sus historias de secuestros y aventuras con famosos, pero su personaje crece a lo largo de la serie.
En un principio no sabía si me iba a gustar, se llevaron todos los premios y dije algo debe de tener, pero la familia Rose que en un comienzo está tan fuera de lugar se gana un puesto en Schitt’s Creek y en nuestros corazones. Es una mantita con té en un día de invierno, ideal para pasar estos días de encierro.
Sus creadores, padre e hijo en la vida real y en la serie, Eugene y Daniel Levy se las mandaron, y nada que decir de las actuaciones de Catherine O’hara (Mi pobre angelito) y de Annie Murphy.
La encuentran en el streaming Paramount Plus, que tiene 7 días de prueba gratis.
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