En la actualidad son cada vez más los lugares en los que se admite el ingreso de las mascotas en atención a la creciente demanda e interés de las personas por compartir con sus animales en espacios públicos, cambiando con ello el paradigma que clásicamente los ha marginado estos espacios por razones de diversa índole, como salubridad, limpieza, orden y seguridad.
Esta práctica de permitir el ingreso de animales de compañía en distintos espacios cerrados se ha ido extendiendo progresivamente a varios ámbitos en los últimos años, al punto que hoy es posible hablar de lugares “Pet Friendly”, es decir, locales donde se permite el ingreso y permanencia de las mascotas, tales como, restaurantes, hoteles o medios de transporte público, entre otros.
Chile no ha permanecido ajeno a esta tendencia, y es así como hoy es posible encontrar páginas web con completos listados de lugares Pet Friendly, donde es posible encontrar incluso restaurantes con cartas para mascotas, consolidando con ello un cambio cultural en la relación de las personas con sus animales (mira algunas alternativas en el siguiente enlace: http://bit.ly/2dY6BaS).
¿Oficinas Pet Friendly?
Este creciente deseo por abrir espacios para las mascotas ha llegado incluso a los lugares de trabajo, es así como en los Estados Unidos de Norteamérica grandes empresas como Google, P&G o Amazon han habilitado espacios para estos fines, y cada año es más popular el denominado “Take your dog to work day” (día de llevar tu perro al trabajo), que se celebra cada tercer viernes de junio.
Desde hace unos años algunas empresas chilenas también se han sumado a esta tendencia, es así como por ejemplo Purina Dog Chow, fabricante de alimento para mascotas, promueve la presencia de animales de compañía en sus oficinas de trabajo y ha impulsado la campaña #PetsAtWork para que dicha práctica sea adoptada por cada vez más empresas en el país (mira la campaña en el siguiente enlace: http://bit.ly/2dyS35O).
Son varios los beneficios que se han apuntado para respaldar la práctica de acudir al trabajo con las mascotas, pues en general se ha dicho que ello ayuda a tener un mejor manejo del estrés, incentiva la creatividad, mejora el clima laboral y las relaciones humanas, entre otros beneficios. En esta línea, un estudio publicado el 2012 en la International Journal of Workplace Health Management concluyó que las personas que acudían a sus lugares de trabajo con sus mascotas tenían un mayor grado de satisfacción con sus empleos y un mejor manejo del estrés durante la jornada[1], lo que respalda la implementación de este tipo de acciones.
Además de los beneficios que este tipo de prácticas tiene para los trabajadores, es indudable que para las mascotas también esto puede resultar muy positivo, pues evita que queden solos por largas horas en los hogares, permitiéndoles entretenerse y sociabilizar con otros animales y personas, además de estrechar los lazos con sus humanos.
Contrastes
Si bien este cambio cultural ha implicado una serie de avances en favor de los animales y su relación con las personas, aún hay varios aspectos pendientes en orden a avanzar hacia una sociedad más inclusiva en este tema. Así, por ejemplo, el 29 de septiembre de 2016 el diario Publimetro publicó la crónica de la dueña de un bulldog inglés que hace dos meses fue notificada por la administración del edificio donde vive que su perro sería desalojado del inmueble en los meses sucesivos, atendidas las disposiciones del reglamento de copropiedad vigentes al interior del condominio (Mira la noticia en el siguiente enlace: http://bit.ly/2dZGbJo). Ésta se suma a una denuncia hecha pocas semanas antes por los habitantes de un edificio en la ciudad de Viña del Mar donde ocurrió la misma situación (Mira la noticia en el siguiente enlace: http://bit.ly/2dZHfgr), cuestión que ha dado paso a la presentación de una serie de acciones judiciales ante los tribunales para detener el desalojo forzoso de los animales.
Proyecciones a futuro
La inclusión de los animales en la vida social, y en particular su presencia en los espacios públicos, se vislumbra en la actualidad como una demanda cada vez más legítima de quienes han optado por vivir con otros seres vivos, impulsando con ello un cambio de paradigma social dirigido a la inclusión de quienes históricamente han convivido con el ser humano. De ahí que la admisión de las mascotas en los lugares públicos, y en especial en los lugares de trabajo, parece formar parte de un proceso natural de evolución de la sociedad, en el entendido de que para muchos son considerados como un miembro más de la familia y, por tanto, se requiere de espacios dispuestos a acogerlos y brindarles las comodidades básicas de acuerdo a sus necesidades.
En razón de lo anterior, es esperable que en los próximos años esta tendencia se haga cada vez más masiva, ya no sólo en interés de los seres humanos y los beneficios médicos y psicológicos que ello conlleva, sino que también en interés de los propios animales lo que se traducirá en lugares especialmente habilitados para ellos, con espacios de descanso, juegos, bebederos y comederos, entre otras cosas. Consolidando con ello el rol de los animales en la vida social, y superando de a poco con ello todo tipo de discriminación en base a la especie (especismo) a la hora de acceder a lugares abiertos al público.
¿Y tú qué opinas de esta tendencia? ¡Yo me volvería loco con mi perro en el trabajo! Jajaja
[1] Randolph T. Barker, Janet S. Knisely, Sandra B. Barker, Rachel K. Cobb, Christine M. Schubert, (2012) «Preliminary investigation of employee’s dog presence on stress and organizational perceptions», International Journal of Workplace Health Management, Vol. 5 Iss: 1, pp.15 – 30.
Osnola.